Las redes sociales han transformado significativamente la interacción y comunicación tanto a nivel personal como laboral, e incluso ofrecen gran potencial como instrumento educativo de metodologías activas.
Plataformas como Facebook, Instagram o YouTube permiten que los estudiantes aprendan de una forma activa, desarrollen nuevas competencias digitales y trabajen de manera colaborativa. De ese modo, el docente no permanece en el rol pasivo de transmisor de conocimientos, sino que puede fomentar la cooperación entre los estudiantes y ampliar los límites de su asignatura más allá del aula.