Internet: ¿víctima de su crecimiento?
Por Mark Page, Luca Rossi y Colin Rand
La capacidad de Internet para transportar información está llegando a su límite. Es necesario realizar cambios de fondo en el modelo de negocio que la sustenta para que siga aportando los beneficios económicos y sociales como hasta ahora. ¿De qué cambios estamos hablando?
A pocos sorprende que Internet cuente con una importante dimensión política. La mayoría de los gobiernos y autoridades regulatorias del mundo fomentan y promueven el uso de Internet; algunos consideran necesario subsidiar servicios que no son viables comercialmente, para asegurar que el 100% de su población cuente con acceso. El debate se extiende a temas relacionados con la competencia para “nivelar lacancha de juego”, dicen, o a modelos para ejercer derechos de propiedad y de consumo.
Tanto aquéllos que diseñan política, públicas como la población en general, creen que Internet seguirá funcionando bien y que será capaz de sustentar buena parte del crecimiento futuro del planeta. Sin embargo, esta expectativa no se cumplirá si no se incrementan considerablemente los niveles de inversión; y estas inversiones no se darán si no se modifica el modelo económico que hace funcionar a Internet.
El más beneficiado por el actual modelo económico es el consumidor final; pero esto no ha sido así con las empresas que integran diferentes segmentos de la cadena de valor de Internet cuyos resultados han sido mixtos. Los principales Proveedores de Servicios (Online Service Providers, OSP) y la industria de hardware y software que desarrolla interfaces para el usuario final (User Interfaced manufacturers) han logrado altos rendimientos para sus accionistas, mientras que los proveedores de conectividad y los propietarios de los derechos de contenidos (Content Rights owners) hanobtenido menos beneficios ; y también ha habido destrucción de valor en algunos segmentos de la idustria de medios.
La ineficiencia del modelo comercial de Internet
Las cifras y predicciones relacionadas con el crecimiento del tráfico de Internet en el mediano plazo son muy impresionantes y generan desafíos importantes para la viabilidad del modelo económico actual. El trafico en las redes fijas crece 35% cada año, y en las móviles más del 100%.
Esto se debe a que los nuevos dispositivos cuentan con mayor capacidad, y a que gracias a una nueva ola de innovación, han surgido recientemente muchos servicios que requieren de altas velocidades. Por eso, el riesgo de que Internet se vuelva víctima de su propio éxito no es remoto.
Pero por sobre cualquier otra consideración, el crecimiento del video-buena parte del cual es gratis para el usuario final-tiene un efecto dramático en el uso de Internet, pues amenaza con niveles inaceptables de congestión para los usuarios de todos los servicios. Esta saturación ocirrirá inevitablemente si los operadores no invierten para incrementar la capacidad actual de sus redes, y lo deberán hacer a la par del crecimiento del tráfico.
Hoy, la congestión en las redes de voz se manifiesta con llamadas bloqueadas; pero en el caso de Internet, su efecto se degarada progresivamente.
Esta degradación de los servicios frustrará al usuario final, pero también afectará a los proveedores de servicios en línea, que con toda seguridad verán disminuir sus ingresos debido a que perderán ventas, usuarios, e ingresos por publicidad.
Parte de la solución proviene de la tecnologia, que puede, potencialmente, incrementar la capacidad actual de las redes para transportar información, y podrá además, mejorar considerablemente la gestión técnica del tráfico mediante la compresión de contenidos y su hospedaje en zonas cercanas a donde se consume(caching, en ingles).
La cadena de valor de Internet está rota
Pero incluso esto no será suficiente por dos motivos; uno es la falta de incentivos económicos para que los proveedores de servicios en línea utilicen el ancho de banda de manera eficiente;
el otro es la falta de incentivos para invertir en la capacidad de las redes, debido a que existe una desconexión estructural en la cadena de valor de Internet. Esta desconexión se da entre el tráfico, que es la principal palanca generadora de costos, y los ingresos.
La interconexión permite que el tráfico sea transportado de una red a otra gracias a acuerdos entre propietarios de redes, muchos de ellos bajo esquemas de peering. Estos acuerdos se sostiene por el “mejor esfuerzo” que hará cada quien por cumplir con lo pactado.Esto significa que no hay garantías del trato que cada red dará al tráfico, ode que éste llegue a su destino final.
Los usuarios finales pagan por tener acceso a Internet y es común que lo hagan por recibir un paquete de servicios que incluta telefonía y televisión restringida. La mayoría de los Proveedores de Servicios en Línea(PSL) pagan una tarifa a los proveedores de conectividad, para que los conecten a Internet. Esta tarifa se basa, por lo general, en el ancho de banda que requieren.
Sin embargo, los PSL más grandes actúan como si fueran, ellos mismos, proveedores de conectividad, por lo que se conectan con otras redes por medio de acuerdos de peering.
En ambos casos, estos cargos son, por lo general, tarifas planas(cuota fija por consumo ilimitado) no asociadas con el uso; los costos totales por este concepto constituyen una pequeña parte del total de su estructura de costos. De manera, los provvedores de servicios en línea pagan por conectar sus servicios a la red, pero no le pagan a quien transporta y entrega el servicio al destinatario final, esto es, al proveedor que ofrece servicios de conectividad al usuario final.
Bajo este modelo, Internet no es más que una plataforma que conecta a los PSL para que accedan a porciones más amplias de consumidores finales, quienes por su parte buscan acceder a la máxima selección posible de servicios.
En microeconomía esto se conoce como “mercado bilateral”, una plataforma económica que reúne dos tipos diferentes de usuarios o mercados, donde se aplican, en cada uno de ellos, economías de escala. Los economistas clasifican a los mercados bilaterales como ciclos virtuosos, debido a que cada componente del mercado paga lo suficiente para que el mercado en su conjunto crezca y beneficie a todos.
Para el caso del Internet, el mercado bilateral se refiere a que los proveedores de conectividad ofrecen sus servicios de infraestructuta para conectar a dos grupos diferentes de usuarios que constituyen dos mercados distintos. Estos son los proveedores de servicios en línea y los usuarios finales. Para que sean exitosos, deben encontrar precios justos y equilibrados para cada mercado.
Este balance o equilibrio se refiere al valor que cada lado del mercado bilateral aporta al mercado en su conjunto. De esta forma, si se incrementan los cargos en uno de ellos, quienes deban pagar más podrían resultar beneficiados debido a que el otro lado del mercado incorporó a más usuarios e incrementó así el valor del conjunto.
No obstante, debido a la desconexión que hay entre las fuentes de ingreso y las fuentes de costo en Internet, este mercado bilateral está restándole valor al modelo, y mina futuras inversiones y beneficios asociados al crecimiento y a la inversión.
Si la capacidad de las redes crece para satisfacer los requerimientos de tráfico estimados para el 2014, y si esto no se acompaña con un nuevo esquema de precios o incremento de los ingresos, predecimos que los operadores de redes europeos disminuirán sus retornos de capitan aproximadamente 3 puntos porcentuales, ubicándolos entre 7% y 9%. Esto es bastante menos que el costo de su capital bajo cualquier esenario normal, y mucho más bajo que el retorno de capital que gozan los PSL, que son los que crean la demanda y altos volúmenes de tráfico.
Por ejemplo, si se mantienen los actuales niveles de retorno en las redes de telecomunicaciones (el llamado sector de la conectividad) se requerirán en 2014 ingresos adicionales de 28 mil millones de euros por año para poder invertir apenas lo suficiente para mantener el desempeño actual de las redes fijas y móviles. Esto representa, al día de hoy, el 10% del total del mercado de las telecomunicaciones. Ahora bien, si tomamos en cuenta la caída de los ingresos por servicios tradicionales(especialmente de voz), más la presión de la competencia y de los reguladores, crear ingresos adicionales de esta magnitud es un reto enorme.
¿Qué hacer entonces?
Para mantener el funcionamiento de Internet, existen alternativas de acción que pueden corregir los problemas descritos y asegurar el incremento de la capacidad de las redes. Algunas de estas opciones son:
-Modificar esquemas de tarifas al consumidor final.
Incrementar el precio a los usuarios finales, introduciendo tarifas que dependen del volumen de uso, para que de esta manera paguen más los que más utilizan la red.
-Establecer cargos de mayoreo que dependan del tráfico: Introducir en el mercado mayorista cargos por el transporte del tráfico basado en volumen. Esto incrementará las actuales tarifas, aunque seguirá representando, todavía, una pequeña fracción del precio de mercado para contenidos que requieren gran ancho de banda.
-Ofrecer una diversidad de servicios estandarizados con parámetros de calidad: Los proveedores de servicios el línea(OSP) que lo soliciten, podrán recibir una diversidad de servicios basados en estándares en que se establezcan compromisos de mayor desempeño. Estos se pagarán a un mayor precio. De esta manera los ingresos fluirán en cascada por toda la cadena de valor, renumerando a aquellos que invierten en mejorar la calidad del servicio.
-Ofrecer servicios a la medida con base en acuerdos bilaterales: Asegurar la evolución del mercado (como ya ha comenzado a ocurrir) a través de una serie de acuerdos comerciales bilaterales que operan en paralelo con el actual modelo de Internet. Esto satifará los requerimientos de grandes usuarios que requieren gran capacidad de ancho de banda, y liberarán capacidad para otros.
Para cada una de estas opciones, los esquemas de tarifas se podrán asociar al total del tráfico (medios en gigabytes), a cierto tipo de tráfico (basado en calidad o en servicios espacíficos), o a cierto tipo de proveedores (según sus modelos de negocio y su disposición para pagar). La estructura y el nivel de estos cargos evolucionarán bajo las fuerzas normales de la competencia hasta lograr el equilibrio del mercado, como ocurre en otros mercados bilaterales. Ninguna solución por sí sola podrá resolver los temas estructurales. Esperemos más bien que la respuesta más adecuada para la industria sea un híbrido de estas opciones. Cada una tiene su propio mérito.
Además, es demasiado pronto para predecir cuál sobrevivirá y cuál será descartada. Por eso, consideramos importante que quienes diseñen políticas públicas no restrinjan los procesos de innovación y competencia gracias al cual emergerá un modelo comercialmente más viable.
El único impacto negativo que hemos identificado sería para aquellos que ofrecen inmensos volúmenes de video sin un modelo comercial suficientemente legitimado-y que con frecuencia se refiere a contenido pirata. En nuestra opinión, no vale la pena ahorcar a Internet por este asunto.
Creemos que todos los participantes en la cadena de valor de Internet deberían seguir con la flexibilidad y la libertad para crear y probar nuevos modelos de negocios en este mercado. Imponer una opción específica, o prohibir alguna, impide que el ecosistema de Internet encuentre soluciones eficientes para su actual problema estructural y, por tanto, impedirá que los usuarios gocen de servicios innovadores y de alta calidad.
Por otra parte, las actuales leyes de competencia nos parecen suficientes para atender conductas anticompetitivas que puedan aparecer si empresas con suficiente poder en el mercado en cualquier segmento de la cadena de valor de Internet intentan modificar los términos del mercado para obtener ventajas injustas.
Hasta ahora se ha puesto muy poca atención en el mundo a lo que aquí se ha planteado: cómo encontrar la inversión requerida si la desconexión estructural distorsiona los incentivos para invertir. Las recientes discuciones sobre la política de Internet tampoco han sido de gran ayuda.
Por ejemplo,hay una creencia, desorientada a nuestros juicio, que supone que los principios de libre expresión y libertad de emprendimiento que promueve Internet se verán coartadas por la introducción de un sistema más racional y balanceado de cobros y gestión del tráfico. Pero en realidad sucederá lo contrario: sin incentivos económicos claros, la congestión de tráfico “ahocará ” la innovación y el uso.
La discusión es aún muy emergente. No proponemos nuevas prescripciones legislativas, intervenciones regulatorias, o subsidios fiscales para atender estas presiones. Recomendamos más bien que quienes diseñan políticas públicas apoyen iniciativas comerciales que contribuyan a la inversión, a la innovación y al uso más eficiente de Internet para beneficio de todos (Traducción de Andrés Hofmann).
Paginas: 23-26.
Fecha: agosto / septiembre 2011
Fuente: Política digital
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